La presa del Pontón Alto se ubica en una cerrada "muy ancha",
de las habitualmente considerada no apta para una presa bóveda
de doble curvatura. El terreno de apoyo está formado por gneises
y rocas graníticas poco diaclasadas, presentando buenas propiedades
geomecánicas a una profundidad media de 5 metros.
La laminación de avenidas, la forma del vaso y los niveles en
el embalse exigían una longitud de aliviadero elevado, lo que
condicionó en gran medida la disposición final a base
de un aliviadero central y otro lateral, que se aprovechó como
apoyo de los arcos superiores en la margen derecha -siguiendo el mismo
esquema que el de la presa de Las Cogotas, obra del mismo ingeniero,
Rafael López-.
Se trata de una presa bóveda de 50 metros de altura máxima
en la que la ménsula central tiene espesores de 9,5 y 4,75 metros
de espesor en base y coronación respectivamente. Se trata de
la bóveda española con ratios de cuerda / altura y desarrollo
/ altura mayores, con valores de 6,5 y 8,0 respectivamente.
Las mayores dificultades en el proyecto derivaban de la gran anchura
de la cerrada, que se resolvieron mediante un cuidadoso diseño
de la geometría y de su encaje. La solución pasó
por:
- una acusada curvatura de las ménsulas con el fin de lograr
mediante el peso propio unas fuertes precompresiones en la zonas más
traccionadas bajo carga hidrostática.
- un pequeño gradiente de espesores en la ménsula central, con los máximos hacia
el cuarto de su altura.
- una buena conjunción entre la favorable
incidencia de los arcos en ambas laderas y unos grandes ángulos
centrales que acentuasen el trabajo en arco.
- la utilización
de espirales logarítmicas con su parámetro función
de la cota para dar adecuada respuesta a la convexidad del valle -a
diferencia de la presa de Las Cogotas, en donde el parámetro
era constante en toda su altura-.
- utilización de arcos circulares
para la definición de las fibras medias en la parte más
baja de la bóveda.
- utilización del aliviadero de
margen derecha como estribo de apoyo de los arcos superiores.
En la ejecución de la presa se utilizaron distintos tipos de
hormigones según las necesidades y circunstancias de cada zona.
Se llegaron a emplear hasta 10 tipos de hormigones, hecho que no supuso
complicación al estar totalmente automatizado el proceso en la
planta de fabricación. Se utilizaron como áridos pórfidos
graníticos y dos tipos de arenas, la más finas de las
cuales era de origen eólico. El conglomerante osciló entre
200 y 240 kg/m3, compuesto por cenizas volantes en proporciones
comprendidas entre el 40 y el 55%.
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